Aquel equipo que hacía respetar su casa, asustaba a cualquiera y era sinónimo de constancia, desapareció.
Hoy el “Monstruo” ha perdido ese calificativo. Todo esto gracias a su pobre desempeño en el campeonato nacional como en la Concacaf.
Dirigencia. Jugadores. Cuerpo técnico. Todos tienen parte de la culpa.
La directiva no ha sabido llevar un proceso fuerte, futurista y sólido. Sino vean a Bolaños, Borges y Azofeifa donde están.
Dirán, si mejor en el exterior, pero faltó esa visión y planificación de cara a lo que se venía.
Los jugadores llevan la mayor parte de la culpa. Sin condición física, pasivos y rendimiento mediocre, que no llevan a la “S” a ningún lado.
Por último, el cuerpo técnico. Encabezado por Jeaustin Campos. Falto de ideas (Waston de delantero). No propone. Temeroso. Y que no ha sabido llevar de la mano a los jóvenes en el campo.
Hay tiempo para enderezar el camino. Mano dura y firme. Sino las consecuencias serán terribles.
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